El reto principal que implicaba este proyecto radicaba en lograr una casa totalmente abierta y sin divisiones, pero en donde el espacio no se diluyera ni se perdiera la estructura o se corriera el riesgo de debilitar la composición al no alcanzar una forma bien definida.
La solución consistió en asignar continuidad a través de los pisos y techos. No existen desniveles, y dichos elementos están elaborados cada uno con un solo material, de modo que prácticamente no se detectan cambios, lo que contribuye a crear la impresión de que no existen interrupciones. La división de los espacios se estableció por medio de elementos que, como los biombos, separan, pero no impiden la experiencia de un espacio unificado y bien integrado.